Primero de todo:
Buenas tardes.
Espero que no me hayas echado mucho de menos los dos días que he estado sin pasarme a dejarte el correo con el que tanto aprendes y tan bien lo pasas leyendo en tu buzón.
No estaba muerto, estaba opositando.
Dicho esto, volvemos a donde lo dejamos: vino, carne y una pirámide de nutrición perfecta para volverte un enfermo crónico.
Por un lado diría que hay que ser subnormal de carrito para hacerle caso a semejante aberración, pero es Domingo, día del Señor, no es buen día para insultar y encima mucha gente se me puede ofender, y todo el mundo sabe que yo no busco eso.
Guiño, guiño.
Pero me va a perdonar el respetable, tengo que faltar, como hizo el gran Manolo Preciado (que realmente no lo hizo, porque Mourinho lo es), hay que ser un canalla y un mal compañero de trabajo si recomiendas eso.
Y subnormal de carrito.
Eso también.
Porque ya no es que pongas a uno de los mejores alimentos que existen en el lugar que menos le corresponde y digas que hay que comerlo menos de veces por semana.
Es que encima eres tan gilipollas que pones los dulces por encima diciendo que hay que comer 2 o menos.
Dos O menos, en mi barrio, es más que menos de dos. Y te garantizo que aquí la cuentas salen claras siempre, por el bien de todos.
¿Te das cuenta de nuevo del detalle?
Es ahí donde está la magia, pequeño padawan.
A la carne roja, como digo uno de los mejores alimentos que existen, hay que dedicarle uno o varios correos.
De momento vamos a seguir luchando contra esta patraña.
Y hablando de detalles… he visto que en la web de tan un menú:
PARA QUE PUEDAS SEGUIR LA DIETA MEDITERRÁNEA DE UNA FORMA FÁCIL Y PRÁCTICA, TENIENDO EN CUENTA LOS PRODUCTOS DE TEMPORADA.
Y según veo en el de esta semana, está de temporada el chocolate a la taza con bizcochos de soletilla para desayunar1.
Se ve que este año los bizcocheros se han portado bien y las lluvias no han echado a perder las cosechas.
Yo que me alegro.
Y el que te venda la insulina cuando estés diabético perdido se alegrará más.
Además, teniendo en cuenta los productos de temporada, lo de las necesidades individuales dependiendo de tu contexto… ¿pa’ qué?
Ay, señor, dame paciencia…
O una copita de vino, que en la pirámide, y en todos lados, dice que es muy bueno.
Se ve que no conocen esa famosa frase de San Agustín de Hipona que dice:
La completa abstinencia es mejor que la perfecta moderación.
(Me he dado cuenta que hoy estoy muy católico-apostólico-romani ite domum)
¿El vino qué tiene el vino que alegra las penas mías?
Pues alcohol, qué va a tener.
¿Alcohol na’ mah?
Bueno, tiene antioxidantes, pero para eso cómete una pieza de fruta.
Aunque, en mi opinión no solicitada del día: no compensa.
Lo digo para los del fondo de la sala: NO COMPENSA BEBER VINO POR SUS “BENEFICIOS PARA LA SALUD”.
Pero claro… son mu sorros estos de la dieta mediterránea prostituida y te dicen lo de la moderación y, de nuevo, hacen alusión a las costumbres.
A las costumbres.
¿Lo ves?
¿Quién se va a meter con tus costumbres si son la que son y hay que respetarlas?
Moderación y costumbres es una mezcla explosiva cargada de subjetividad, que al fin y al cabo es lo que buscan, como ya vimos con las raciones basadas en la frugalidad y los hábitos personales.
En fin…
No me quiero extender mucho más por hoy que me quiero ir a dar un baño con mi sobrina.
Te deseo lo mejor y que vivas alejado de semejante basura de dieta.
Porque parece, que después de todo, la M no es de Mediterránea.
Si no de (puta) MIERDA.
Pero bueno… que al final esto es como to’.